BENEFICIOS DE UNA VIDA ACTIVA
El ejercicio físico es una de las mejores formas de recuperar y potenciar las capacidades funcionales que se han ido perdiendo con el paso de los años. Mantenerse activo durante esta etapa de la vida:
- Retrasa el envejecimiento cerebral y previene la aparición de enfermedades como el Alzheimer.
- Mínima el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares, respiratorias y del sistema muscular.
- Mejora la calidad de vida. La actividad física regular ayuda a vencer el sedentarismo y el aislamiento, favoreciendo una mayor autonomía personal y la sociabilización.
- Fortalece el sistema inmunitario.
- Evita la rigidez de las articulaciones y reduce la aparición de lesiones musculares y óseas.
- Potencia la masa muscular, la fuerza, la resistencia y la flexibilidad.
- Mejora los reflejos, la coordinación y el equilibrio.
- Reduce la grasa corporal evitando la obesidad y mantiene el colesterol en los niveles adecuados.
- Potencia las capacidades mentales. Hay evidencia de que la condición física mejora la capacidad cognitiva y reduce el riesgo de demencia.
- Ayuda a regular el patrón de sueño y evitar el insomnio.