El amor después de los 60 más que un mito podría ser un tabú. Muchas personas aún piensan que con la edad el amor va pasando a un segundo plano y que las parejas duraderas más que nada lo que buscan es compañía. “Se hermanan”, dicen algunos. ¡Vaya expresión tan fuera de lugar! Y, por qué no decirlo, ¡vaya expresión tan fea!, al menos para mi gusto. ¿Acaso sientes lo mismo por un hermano /a que por un marido o esposa? Este tipo de expresiones colaboran, y mucho, a que se distorsione la realidad y se creen prejuicios a cerca de las personas mayores y su “capacidad de sentir”. De hecho a la hora de comenzar una relación, siempre se piensa en una pareja joven. Si tuvieras que visualizar una pareja de enamorados seguro que la imagen que se viene a la cabeza es la de dos adolescentes. La sociedad idealiza, en gran medida, la juventud y la belleza, es algo que hemos interiorizado, por eso, al pensar en una pareja de enamorados, nuestra mente nos lleva a dos personas radiantes de juventud.
La normalización del divorcio es la clave fundamental que explica el aumento en el número de matrimonios tardíos. Además hay que tener en cuenta los efectos del envejecimiento de la población y los cambios en la sociedad. Si tenemos en cuenta que los mayores de ahora son los jóvenes de finales de los 60, hemos de pensar que han vivido (en España) el cambio hacia el desarrollo de las libertades y derechos sociales; lo cual les hace ser personas mayores muy distintas a las de hace 40 años. Por otra parte; el amor se hace presente en nuestras vidas siempre, ¿acaso cuando se es mayor se quiere menos? No. El hecho de sentir amor hacia otra persona no está relacionado con la edad que se tenga.
Las personas estamos programadas para sentir amor y placer sexual desde que nacemos hasta el final. Por eso, la idea de dejar de tener relaciones sexuales o enamorarse después de una edad determinada es errónea. Después de los 60, las personas se siguen amando deseando y disfrutando, eso sí, no en el mismo modo, intensidad y frecuencia que con unos cuantos años menos. Saber adaptarse a los tiempos y ser conscientes de las capacidades de cada uno, no significa renunciar a sentir placer, pues la libido, la capacidad de enamorarse y de comenzar una relación no cambian con el tiempo. Quizás la madurez y serenidad de los años hagan vivir el matrimonio de manera distinta. La experiencia de “haber vivido” ayuda a afrontar situaciones difíciles y permite aceptar los desafíos cotidianos desde el punto de vista del experto. Comenzar una relación después de los 60 implica atreverse a experimentar los altibajos sentimentales y emocionales, confiar en uno mismo y en la otra persona para empezar un nuevo plan de vida, asumir los riesgos de un posible fracaso, enfrentarse, en algunas ocasiones, al círculo social más cercano, vencer el pudor de mostrarse cuerpo a cuerpo con el otro, a pesar del desgaste físico de los años. En definitiva, comenzar una relación después de los 60, significa VIVIR. Significa eliminar el falso mito de que las “segundas partes nunca fueron buenas” y experimentar la sensación de amar y ser amado de nuevo. Es no quedarse a medio camino y decidir comenzar la segunda parte de la historia esperando encontrar al final un FINAL FELIZ.
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