Nunca se es mayor para practicar natación
Una de las actividades físicas más recomendadas para las personas mayores es la natación. Son grandes las ventajas que reporta y muy pocos los riesgos que implica. Lo más conveniente es ponerse en manos de un especialista que indicará la práctica más adecuada para cada caso o para una dolencia en concreto.
Ventajas de practicar natación
- Permite abandonar el sedentarismo y desarrollar, sin un gran desgaste energético, una actividad que produce placer y ofrece la posibilidad de superarse y lograr confianza en uno mismo.
- Favorece la actividad del sistema cardio-respiratorio muscular.
- Posibilita mover el cuerpo en el agua y favorece la actividad física en personas obesas, con patologías en columna y en aquellas que fuera del agua tienen dificultades para actividades deportivas.
- Ejerce efectos hidroterapéuticos y mejora los síntomas de enfermedades de carácter óseo, articular, muscular, motriz, etc., de manera que proporciona una gran sensación de bienestar.
- Incrementa la flexibilidad de las articulaciones, además de tonificar el cuerpo y relajarlo.
- Nadar al menos dos veces por semana y, como mínimo, 30 minutos cada vez.
- Nadar en grupo o acompañado; se disfruta más y cuentas con ayuda si la necesitas.
- Comenzar de forma progresiva y a una intensidad suave para evitar la fatiga prematura.
- Utilizar zapatillas para los accesos y las duchas para prevenir las caídas. Si el suelo de la piscina es molesto ponte calcetines especiales para el agua.
- Se aconseja el uso de gafas de buceo en caso de que el nadador presente dificultades visuales o irritabilidad.
- Evitar los cambios de temperatura. La temperatura ideal para el desarrollo de una actividad acuática es entre 32 y 34 grados en invierno y dos grados menos en verano, aunque pueden mantenerse las mismas temperaturas para ambas estaciones.
- Cubrirse al salir del agua, tomar una ducha y después, una vez seco, aplicarse una crema hidratante sobre la piel, dándose un masaje por todo el cuerpo.
- Combinar la natación con paseos en tierra en horas de menor intensidad solar.
- Sencillos movimientos de piernas y brazos parados o en desplazamiento, similares a los que realizamos en tierra en la gimnasia de mantenimiento.
- Andar de todas las maneras posibles; correr con el tronco muy recto; saltar poco.
- Prueba los materiales auxiliares (manguitos, cinturones, rulos o pelotas), sirven de sujeción y para no cansarte. Consulta con los instructores la mejor manera y el mejor momento para usarlos.