Medicamentos y mujeres: Una historia de dosis mal ajustadas

El sesgo invisible que puede costar la salud

Durante décadas, los estudios clínicos se han realizado mayoritariamente con hombres como referencia. Esto ha provocado que muchas mujeres estén recibiendo dosis de medicamentos pensadas para un cuerpo masculino, lo cual puede derivar en efectos adversos, menor eficacia del tratamiento o incluso en consecuencias graves para su salud cardiovascular, hepática o neurológica.

Medicamentos y mujeres: un problema real y silenciado

La investigación ha demostrado que las mujeres metabolizan ciertos medicamentos de manera diferente que los hombres. Por ejemplo, un estudio citado por The Guardian reveló que el popular somnífero zolpidem (más conocido como Stilnox o Ambien) permanece en el cuerpo femenino por más tiempo, generando efectos secundarios peligrosos. La FDA se vio obligada a recomendar una reducción del 50% en la dosis para mujeres.

Este caso es solo la punta del iceberg. Según el New York Times, las mujeres tienen un 50-75% más de probabilidades de experimentar reacciones adversas a los medicamentos que los hombres. El corazón femenino, por ejemplo, responde de manera diferente a ciertos fármacos cardiovasculares, lo que puede aumentar el riesgo de arritmias o infartos en mujeres mal medicadas.

Un sesgo que empieza en los ensayos clínicos

El problema no solo está en las dosis. Tal como denuncia El País, durante años las mujeres fueron excluidas de los ensayos clínicos por considerarse “más variables” debido a los ciclos hormonales. Esto no solo ha dejado a las mujeres sin datos fiables sobre cómo reaccionan sus cuerpos a determinados tratamientos, sino que ha reforzado una medicina pensada para el “hombre estándar”.

Lo que no se mide, no se ve… y no se cuida

El sesgo de género en medicina ha generado un retraso en el diagnóstico de muchas enfermedades en mujeres, como el infarto, cuyas manifestaciones pueden diferir respecto a las del varón. Ahora sabemos que los medicamentos y mujeres requieren una visión más personalizada, basada en evidencia real y no en suposiciones históricas.

¿Cómo avanzar hacia una medicina más equitativa?

Desde Saluus apostamos por una visión de la salud más inclusiva y personalizada. Esto implica:

  • Exigir que los ensayos clínicos incluyan mujeres en proporción adecuada.

  • Reclamar estudios específicos sobre las diferencias de metabolismo por sexo.

  • Promover la formación con perspectiva de género en profesionales sanitarios.

  • Visibilizar los riesgos de una dosificación no adaptada.

La salud no puede seguir basándose en un modelo masculino universal. Es hora de escuchar al cuerpo femenino, investigar sus necesidades específicas y actuar en consecuencia.

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