Miguel Castillo tiene 84 años, tres hijas, seis nietos y una operación de corazón, pero eso no ha frenado su ilusión por la vida, tratando de disfrutar al máximo y estar en constante aprendizaje. "El estudio ha sido una constante en mi vida", confiesa, "primero hice la carrera de derecho y luego las oposiciones a notarías, a día de hoy, más de 30 notarios repartidos por toda España han sido alumnos míos y todos ellos me han correspondido y compensado con su amistad", explica Miguel.
Notario jubilado, melómano, exfutbolista, a sus 80 años se licenció en Historia en la Universidad de Valencia y en 2018 marchó de Erasmus a Italia como todo un chavalín.
Y es que Miguel es un ejemplo de envejecimiento activo y de como las ganas de aprender y la ilusión por vivir no depende de un número. "Fueron seis meses maravillosos. Ir de Erasmus fue un desafío que me hice a mí mismo después de mi periplo profesional como notario y tras mis problemas de corazón. Pero tenía la sensación de que me faltaba algo. Fue entonces cuando me decidí a hacerlo y no me arrepiento porque esos seis meses en Italia fueron fabulosos, han sido una experiencia única, hasta el punto de que ahora que estoy con achaques me digo que tengo que volver a Verona porque allí no tuve ninguno" explica entre risas Miguel Castillo.
Eligió Geografía e Historia porque siempre le ha despertado curiosidad "saber de dónde venimos y a dónde vamos" y asegura que en la facultad "disfruta" de sus compañeros, a algunos de los cuales considera como sus hijos y les da consejos.
En la vida se lucha, y si se lucha se llega", es el lema de este octogenario valenciano que no puede dejar de recordar que, además de Historia, gracias al Erasmus también aprendió "la importancia del contacto con la gente el conocimiento más humano, que no somos tan distintos unos de otros".